Leyendo Madame
Bovary de Gustave Flaubert.
"[...] ¿Qué
mejor cosa , en efecto, que estar por la noche al lado del fuego con un libro,
mientras el viento golpea los cristales y arde la lámpara?
[…]-No se piensa en
nada -proseguía el-, las horas pasan. Uno se pasea inmóvil por países que cree
ver; y su pensamiento, enlazándose a la ficción, se recrea en los detalles o
sigue el hilo de la aventuras. Se identifica con los personajes, parece que somos
nosotros mismos los que palpitamos bajo sus trajes."
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